El historiador Charlie Aguilar recuerda choques juveniles de otras épocas motivados por evitar que chicos de Hatillo galantearan muchachas camuyanas o viceversa
El historiador Charlie Aguilar recuerda choques juveniles de otras épocas motivados por evitar que chicos de Hatillo galantearan muchachas camuyanas o viceversa
Para la década del 1950, recuerdo cuando los jóvenes de Hatillo y Camuy llevaban una rivalidad que no les permitía visitarse con cordialidad. Hablamos de las zonas urbanas, nada que ver con sus barrios. Curiosamente el Río Camuy era y es la frontera de esos municipios. Antes, la mera presencia de un extraño en sus pueblos instaba a los locales a echar al vecino en primeras instancias advirtiendo que abandonara el lugar y de persistir los intimidadores se encargarían de hacer el trabajo de expulsión. Era lo mismo en cualquiera de los dos pueblos. Dicho sea de paso, están localizados a poco más de dos kilómetros del centro de las plazas de recreo con el beneficio que la distancia se acorta debido a que la carretera PR-119 pasa por el mismo centro de sus zonas urbanas.
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