Dar gracias a nuestros semejantes es contribuir a que esa exclamación de ‘estoy vivo’ o ‘estoy viva’ sea siempre una afirmación consciente de la dádiva especial y enorme que es la vida, escribe Eunice Santana Melecio
Dar gracias a nuestros semejantes es contribuir a que esa exclamación de ‘estoy vivo’ o ‘estoy viva’ sea siempre una afirmación consciente de la dádiva especial y enorme que es la vida, escribe Eunice Santana Melecio
Últimamente, se ha convertido en algo usual responder con la frase, “estoy vivo” o “estoy viva”, cuando se le pregunta a alguien cómo está. Nos imaginamos que esto surge, sobre todo, porque nos hemos sentido bajo amenaza de muerte a raíz de la llegada sin invitación y estadía prolongada del COVID-19, el cual sigue trayendo parientes no deseados, así como los huracanes y las lluvias copiosas que llegan acompañadas de inundaciones, derrumbes y el colapso de carreteras y puentes. Si a esto le añadimos los múltiples males que aquejan a nuestra sociedad, reconocer que estamos vivos/as es señal de celebración y alegría.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: