El apoyo de las instituciones internacionales es esencial, pero el desarrollo de un país no puede delegarse en otro país o en otra entidad. Los haitianos no pueden ser pasivos en este proceso, escribe Patrick Dorvil
El apoyo de las instituciones internacionales es esencial, pero el desarrollo de un país no puede delegarse en otro país o en otra entidad. Los haitianos no pueden ser pasivos en este proceso, escribe Patrick Dorvil
Los haitianos se sienten evidentemente aliviados por la dimisión del primer ministro haitiano, Ariel Henry. Su aferramiento al poder le había hecho muy impopular. De hecho, ni siquiera fue elegido por el Parlamento, sino nombrado por el difunto presidente Jovenel Moïse antes de su muerte. Peor aún, el mismo Ariel Henry es sospechoso de haber participado en el complot para asesinar al presidente en el interior de su domicilio. Sin embargo, corresponderá a los tribunales decidir el destino de Henry en un futuro próximo. Lo que es seguro es que Haití está muy mal económica, social y políticamente. Las preguntas son las siguientes: ¿cuáles son las prioridades a corto y medio plazo? y ¿qué estrategia adoptar de cara al futuro para que este triste periodo de la historia de una nación antaño tan grande no vuelva a repetirse? Este artículo aportará algunas respuestas.
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