Por primera vez, la inteligencia, valentía y compromiso del licenciado Rivera Cruz llevaron al estrado no solo a los ejecutores de un crimen de estado, sino también a las ideas y la propaganda colonial que los manufacturó, escribe Roberto Alejandro
Por primera vez, la inteligencia, valentía y compromiso del licenciado Rivera Cruz llevaron al estrado no solo a los ejecutores de un crimen de estado, sino también a las ideas y la propaganda colonial que los manufacturó, escribe Roberto Alejandro
Necesito pensar que ahora es diferente. Pero hubo un tiempo en que el régimen político de Puerto Rico pensó que podía asesinar a independentistas y quedar impune. Tal fue el caso de la tragedia representada por un entrampamiento y ejecución de independentistas por fuerzas estatales en 1978. Este mes se cumplen cuarenta y tres años de este siniestro.
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