Las voces comunitarias nos recuerdan que proteger a los más vulnerables debe ser prioridad, escribe Eduardo Lugo
Las voces comunitarias nos recuerdan que proteger a los más vulnerables debe ser prioridad, escribe Eduardo Lugo
Aunque para algunos, la transición energética de Puerto Rico puede ser un asunto meramente de desarrollo económico o lucro, para muchos en el país es un problema complejo que afecta severamente su cotidianeidad. Y es que la situación de inconsistencia energética se ha convertido en un determinante social de la salud que entrelaza con otros males sociales, como la pobreza, generando condiciones de vida no dignas para muchos de los residentes del archipiélago puertorriqueño. Sin embargo, la toma de decisiones sobre el fortalecimiento de nuestra red eléctrica y la transición a energía renovable frecuentemente excluye las voces de nuestras comunidades, deshumanizando un asunto medular para el bienestar de nuestra gente. En esta corta columna intentaré ser el interlocutor de tres comunidades que han puesto la confianza en nuestro equipo de investigación para narrar sus historias, su visión y muchas veces sus exigencias por un sistema más justo y humano. Sin estas perspectivas corremos el riesgo de invertir en una transición que no atienda las necesidades más apremiantes de las personas.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: