Ver a la Luna es vernos a nosotros mismos reflejados en ella. Nuestras experiencias de ir lejos de nuestro planeta solo nos hacen reconocer cuán especial es nuestro hogar, escribe Rodrigo Córdova Rosado
Ver a la Luna es vernos a nosotros mismos reflejados en ella. Nuestras experiencias de ir lejos de nuestro planeta solo nos hacen reconocer cuán especial es nuestro hogar, escribe Rodrigo Córdova Rosado
Huye luna, luna, luna / Si vinieran los gitanos / harían con tu corazón / collares y anillos blancos, versaba Lorca en “Romancero gitano” (1928). No fue hasta el 1969 que descubrimos que, en efecto, la Luna huye, alejándose de la Tierra 4 centímetros más cada año. Comparados con los 4 mil millones de años que tiene nuestra acompañante celestial, estos datos denotan nuestra efímera temporalidad. Solo fue hace 54 años que llegamos a la Luna. La humanidad la pisó junto con Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins en su viaje un 20 de julio de 1969, cuando se celebra el Día Internacional de la Luna. Medio siglo después, aún estamos aprendiendo de ella.
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