Estos discursos discriminatorios, racistas, clasistas, homofóbicos, anti- evangelio, anti-cristianismo, no representan a la Iglesia de Jesucristo. Son precisamente la antítesis de la proclamación del Evangelio liberador, plantea Agustina Luvis Núñez
Estos discursos discriminatorios, racistas, clasistas, homofóbicos, anti- evangelio, anti-cristianismo, no representan a la Iglesia de Jesucristo. Son precisamente la antítesis de la proclamación del Evangelio liberador, plantea Agustina Luvis Núñez
Cuando hablo de iglesia, no me refiero a espacios medibles ni geográficos, sino a la iglesia como acontecimiento de encuentro, de relacionalidad y hospitalidad. Mi disertación doctoral de teología sistemática se centró en el tema de la eclesiología, es decir, el estudio de la iglesia como realidad histórica, social y política. Esto significa que la iglesia no es un ente de seres in-dependientes, que no penden de nada, autosuficientes como los líderes religiosos en tiempos de Jesús.
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