Amanda Rivera Flores argumenta sobre la importancia de garantizar programas e incentivos para fomentar el desarrollo y la calidad de vida de la niñez puertorriqueña.
Amanda Rivera Flores argumenta sobre la importancia de garantizar programas e incentivos para fomentar el desarrollo y la calidad de vida de la niñez puertorriqueña.
Si la niñez es el futuro, el de Puerto Rico no perfila bien. Si no enderezamos la manera como atendemos las condiciones de vida de los niños y niñas, se puede pronosticar un país con una pequeña fuerza laboral y con altos gastos de salud, procesamiento criminal y asistencia económica. Esto, porque en una década la población de menores de 18 años de Puerto Rico disminuyó por casi un tercio, debido a bajas tasas de natalidad y la migración; lo que ha llevado a que la isla deje de ser considerada como un buen sitio para criar y echar pa’lante a una familia. Quizás esto se relaciona con el hecho de que el 56% de los menores de edad viven bajo pobreza. Si se añaden aquellos al borde de la pobreza, asciende a 71%.
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