Si algo me deja nuestra relación atleta-exatleta-comunicadora es la reafirmación de que para lograr una meta para un país se debe luchar, levantarse de las caídas, celebrar los triunfos y tener un aliento de fe, escribe Zacha I. Acosta González
Si algo me deja nuestra relación atleta-exatleta-comunicadora es la reafirmación de que para lograr una meta para un país se debe luchar, levantarse de las caídas, celebrar los triunfos y tener un aliento de fe, escribe Zacha I. Acosta González
Jaime, hace unas semanas me anunciaron tu decisión de retirarte de la competencia. Rápidamente, comencé a escribir unas líneas reviviendo, no los logros, sino el impacto que tú tuviste en mí y en nuestros semejantes. Podrás decirte, ¿por qué? Aunque en edad soy mayor que tú, en el currículo deportivo lograste el sueño que me acompañó en mi carrera esgrimística: ser olímpico, ser medallista y abanderado olímpico. Fue genial gozarme a través de ti tan maravillosos logros. Algunos desde la escuela Gabriela Mistral con tu gente, otros desde el escenario deportivo y los más importantes en las actividades con los niños.
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