El mensaje de Biden, tanto en la toma de posesión como en su segundo día al mando, fue contundente y claro con el sentido de responsabilidad que merece la salud pública de la nación, escribe María Calixta Ortiz
El mensaje de Biden, tanto en la toma de posesión como en su segundo día al mando, fue contundente y claro con el sentido de responsabilidad que merece la salud pública de la nación, escribe María Calixta Ortiz
Hay esperanza para restablecer la salud pública en medio de una pandemia. El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, comenzó “sanando heridas” de la Casa Blanca que han retrasado el que la nación más impactada por el COVID-19 mitigue los cientos de miles de contagios y muertes a consecuencia de la pandemia. El reto de salud pública más terrible enfrentado por estas generaciones y que mantiene la economía paralizada con serias repercusiones sobre las empresas y los ciudadanos. Sus primeros diez días se perfilan llenos de esperanza hacia revertir los daños causados por los pasados cuatro años por “el que no se nombra”.
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