

Hoy más que nunca, la política deviene en esencia un acto comunicativo, un evento que construye mediante el lenguaje un escenario, unos actores y una trama. En tiempo de las redes sociales y de la proliferación de falsos medios de comunicación resulta imprescindible aguzar el ojo y afinar el oído para interpretar los signos con que se va armando esa versión del mundo en que vivimos. Tal es el caso del presidente estadounidense Joe Biden parado frente a los altos cargos del gobierno para entregar su discurso anual del estado de la nación, mientras el ejército ruso demuele a punta de cohetes a su vecina Ucrania en un acto de calculada agresión. El discurso tuvo una importancia mayor tanto por lo que dijo como por lo que calló. Procedamos a desmontar algunos de los mensajes.
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