La Asamblea Legislativa tiene la obligación de hacer cambios inmediatos en nuestro proceso penal para atender los problemas que, precisamente, José Armando Torres padeció, escribe Julio Fontanet
La Asamblea Legislativa tiene la obligación de hacer cambios inmediatos en nuestro proceso penal para atender los problemas que, precisamente, José Armando Torres padeció, escribe Julio Fontanet
Así se titula esta columna porque ese es un nombre que no debemos olvidar. José Armando Torres es una de las tantas personas que fueron condenadas erróneamente por nuestro sistema de justicia penal. Falleció un año después de ser exonerado y liberado luego de pasar 28 años en la cárcel por un crimen que no cometió. En días recientes, se ha percibido mucha simpatía hacia él y mucha recriminación a la injusticia que vivió y a los responsables de esta. Así siempre ha sido cuando se logra la exoneración por una condena errónea.
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