La ciudad que nunca duerme… despertó

Se volvía a sentir el tun-tun-tun del latir colectivo de los corazones neoyorquinos. Las aceras se llenaron de viandantes, las avenidas se llenaron de autos. Era como vivir dentro de las notas de “Rhapsody in Blue”, de Gershwin”, escribe Johanna Rosaly

27 de junio de 2021 - 1:00 AM

Las opiniones expresadas en este artículo son únicamente del autor y no reflejan las opiniones y creencias de El Nuevo Día o sus afiliados.

Johanna Rosaly en una de sus recientes visitas a Nueva York. (Suministrada)

Hacía más de un año que no iba a Nueva York cuando a fines de marzo, armada con mis dos dosis de vacunas anti-COVID, una prueba PCR negativa y doble mascarilla, me armé de valor y subí a un avión para regresar a la Gran Urbe. El amor familiar me impelía, pero iba tan temerosa que ni agua tomé a bordo, para no tener que quitarme la mascarilla.

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