Los partidos emergentes en Puerto Rico tendrán que mantener elevados niveles de praxis política para sostener el favor de los electores revisionistas, escribe Waldemar Arroyo Rojas
Los partidos emergentes en Puerto Rico tendrán que mantener elevados niveles de praxis política para sostener el favor de los electores revisionistas, escribe Waldemar Arroyo Rojas
Décadas de falta de visión, política de bajo nivel, corrupción e irresolución de los problemas acuciantes en Puerto Rico han generado un escepticismo que se manifiesta de forma más significativa en cada elección. La tendencia comenzó en 2016, cuando los candidatos independientes, Alejandra Lúgaro y Manuel Cidre sorprendieron con 11 y 5% de los votos. En 2020, Lúgaro (MVC), Dalmau (PIP) y Vázquez (PD), desafiaron a la política tradicional con 14, 13 y 6 por ciento, llevando al PNP y PPD a descender aún más. En el 2024, se vislumbra que la alianza MVC-PIP desplazará al PPD de la segunda posición.
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