La administración basada en la ignorancia de los principios elementales de una sana gestión es abono fértil para la corrupción, el intento de fraude, el engaño, las represalias y la desigualdad, escribe Pablo Crespo
La administración basada en la ignorancia de los principios elementales de una sana gestión es abono fértil para la corrupción, el intento de fraude, el engaño, las represalias y la desigualdad, escribe Pablo Crespo
Hace 40 años, escuché a un secretario del Departamento de Hacienda expresar que el mejor control interno es la gente honesta. Los controles internos son normativas, procedimientos y actividades cuyos objetivos procuran minimizar riesgos, cumplir las metas de la organización y lograr transparencia en las operaciones. Podemos concluir que dichos objetivos pueden alcanzarse mediante un desempeño de calidad.
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