Es inconcebible que la terquedad de dos partidos anquilosados evite que la ciudadanía pueda ejercer libertad respecto a unir fuerzas para acometer un nuevo proyecto para Puerto Rico, escribe Marcia Rivera
Es inconcebible que la terquedad de dos partidos anquilosados evite que la ciudadanía pueda ejercer libertad respecto a unir fuerzas para acometer un nuevo proyecto para Puerto Rico, escribe Marcia Rivera
Puerto Rico está atrapado en una intricada madeja de problemas, algunos viejos y otros de reciente cocción. Todos son complejos, de difícil solución, y se agravan con tres factores, a saber: i) las contradicciones y dificultades generadas por la condición colonial; ii) la impericia de sucesivos gobiernos que reclutan funcionarios a base de lealtad política y no de mérito; iii) un neoliberalismo criollo donde la compra y venta de favores electorales convirtió la gestión en un mercado de terciarización y corrupción.
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