Es ahora y no antes que debemos diseñar, planificar y actuar para reducir nuestra vulnerabilidad y a la vez aumentar nuestra resiliencia. Miremos los diseños que nos brinda la propia naturaleza, escribe Jorge Bauzá-Ortega
Es ahora y no antes que debemos diseñar, planificar y actuar para reducir nuestra vulnerabilidad y a la vez aumentar nuestra resiliencia. Miremos los diseños que nos brinda la propia naturaleza, escribe Jorge Bauzá-Ortega
Las olas son la manifestación más clara de la energía del viento, energía que se transfiere del aire al mar mediante la fricción entre ambos fluidos. La atmósfera y la superficie del mar interactúan en un constante baile como pareja intercambiando pasos de un tango. Estas marejadas que experimentamos en la costa norte, con olas de hasta 15 pies de altura, son producto -en parte- de esa interacción entre los vientos del huracán Earl y la superficie del océano Atlántico. Las olas viajan grandes distancias, o más bien la energía que se manifiesta en una ola.
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