La mejor manera de reaccionar a la imperialista grosería de Velázquez y Ocasio Cortez es continuar planteándole a Washington nuestro derecho a la estadidad, opina Orlando Parga
La mejor manera de reaccionar a la imperialista grosería de Velázquez y Ocasio Cortez es continuar planteándole a Washington nuestro derecho a la estadidad, opina Orlando Parga
No es nada nuevo que un congresista de Washington viaje a Puerto Rico como invitado a banquetes y cocteles en los que, a cambio de un jugoso donativo económico a su campaña de reelección, ofrezca su respaldo al candidato que lo trae y paga su estadía. Ese patrón existe desde los tiempos del Partido Federal y Unión de Puerto Rico de Muñoz Rivera, cuando los “Cangrimanes” (creativo apodo popular para los congresistas estadounidenses que nos visitaron a principios de Siglo XX para adelantar sus intereses económicos) fueron homenajeados con la grandilocuente oratoria de José De Diego elevándolos a la privilegiada estima como, “amigos de Puerto Rico”.
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