Once de las veinte mejores universidades del mundo son públicas. Los países con los mayores niveles educativos del mundo las atesoran. Puerto Rico debería imitarlos, plantea Jorge Schmidt Nieto
Once de las veinte mejores universidades del mundo son públicas. Los países con los mayores niveles educativos del mundo las atesoran. Puerto Rico debería imitarlos, plantea Jorge Schmidt Nieto
La cuantía de voces que desprecian la universidad pública en Puerto Rico no surge espontáneamente, sino que componen un discurso de desprestigio hacia la educación universitaria del estado. Se nutre de la politización de la universidad, que genera rechazo de muchos sectores de la población. El gobierno, la administración y la comunidad universitaria la han politizado, pero el poder de imponer su voluntad no está distribuido equitativamente. Los estudiantes cierran portones, pero la administración decide el costo del crédito. Las facultades aprueban resoluciones, pero la administración determina las nuevas plazas. Los empleados negocian convenios colectivos, pero la administración distribuye el presupuesto.
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