Esta guerra sin bombas —por ahora— que ha desatado el presidente Donald Trump con sus medidas arancelarias contra Canadá, México, y, en menor medida, contra China, no nos toma por sorpresa. Estábamos advertidos. Estaban advertidos los mandatarios de los tres países aludidos. Lo que pasa es que no se lo creyeron del todo. Para empezar, a última hora, durante los últimos meses de la campaña electoral, cuando las encuestas indicaban que Kamala Harris subía como la espuma, tampoco creyeron que podía llegar a ser derrotada por un candidato republicano que escandalizaba a propios y ajenos con sus exabruptos.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: