La barbarie que ensombra como especie no debe ocultarse, distraernos, o desviar su atención con gastadas bagatelas, escribe José Vilasuso Rivero
La barbarie que ensombra como especie no debe ocultarse, distraernos, o desviar su atención con gastadas bagatelas, escribe José Vilasuso Rivero
La creciente, multiplicante cita, y su referencia constante a la obra de Eric María Remarque premiada como el mejor filme extranjero, nos sirve de guía encajable, anillo al dedo, para estos modestos apuntes en torno a la carnicería ruso-ucraniana. Agudos comentaristas que nos honran con apreciables opiniones dan en el blanco al revitalizar el motivo crucial de su interés, asiduidad por el tema. Estamos cara a cara ante el horror que la cinta de Edward Berger provoca. Cara a cara ante la realidad viviente en nuestros días. ¡Indiscutible! Encaramos una joya cinematográfica que, por cierto, desde su primera versión, año treinta del pasado siglo, se hizo acreedora de óptima premiación.
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