Como bien en su momento comunicó el periodista mexicano Enrique Campos, la manipulación estadística es una de las primeras armas que han utilizado y utilizan algunos gobiernos para evitar los controles y para perpetuarse en el poder. En épocas recientes, países como Grecia y Argentina, entre otros, enfrentaron (y quizás aún enfrentan) terribles problemas sociales y económicos, causados en parte, por el deterioro de sus estadísticas oficiales, y la nula credibilidad en los datos gubernamentales. En este mismo sentido, el economista Julio A. Santaella, pasado presidente de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, ha mencionado en múltiples ocasiones que “Cuando una sociedad cuenta con estadística oficial confiable, todos ganan”. Según Mario Palma, pasado presidente de la Asociación Internacional para las Estadísticas Oficiales, contar con entidades estadísticas autónomas es esencial para el desarrollo, defensa, expansión, bienestar, seguridad y educación, de cualquier lugar o país.