Si bien es triste ver y sentir cómo se trató a la Sra. Elba Aponte, más triste fue el que la mayoría silente (hombres y mujeres) no defendieran al ser humano a quien continuamente denigraban, escribe Carmen Zoraida Claudio
Si bien es triste ver y sentir cómo se trató a la Sra. Elba Aponte, más triste fue el que la mayoría silente (hombres y mujeres) no defendieran al ser humano a quien continuamente denigraban, escribe Carmen Zoraida Claudio
Pensé bastante para escribir esta columna de opinión. Y digo bastante porque llegó el momento en que me dije, basta ya, debo expresar mi indignación y asumir las consecuencias. Debo dejar a un lado el que si represento o no a tal o cual grupo u organización. Represento al ser humano y punto. De esta manera vindico a muchos que no tienen la oportunidad de alzar su voz por ellos y por otros. Advierto, no soy feminista, por lo que eso de estar con el “esos y esas”, “los y las”, no me sale automáticamente de mi pensamiento y voz.
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