

En una comunidad donde predomina la población adulta que busca continuamente superarse académica y profesionalmente, es necesario ampliar todos los esfuerzos que abonen a ello. Los programas doctorales en educación han evolucionado lentamente en comparación con los cambios acelerados en el perfil del estudiantado y las exigencias del mundo académico. Muchos cursos de metodología de investigación mantienen estructuras diseñadas hace décadas, sin considerar las nuevas realidades del aprendizaje y los avances tecnológicos. Como resultado, los estudiantes enfrentan dificultades para desarrollar destrezas clave en análisis crítico de literatura, escritura académica y formulación de problemas de investigación, lo que repercute en su desempeño y en la culminación de sus disertaciones.
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