El “junte” de políticos de partidos distintos que se vislumbra en la isla no tiene nada que ver con reformas sociales o lecciones de moral o combate de la corrupción, opina Antonio Quiñones Calderón
El “junte” de políticos de partidos distintos que se vislumbra en la isla no tiene nada que ver con reformas sociales o lecciones de moral o combate de la corrupción, opina Antonio Quiñones Calderón
Data de la década de los años 1920 del siglo pasado el entendido de coaliciones y alianzas partidistas, a las que Luis Muñoz Marín despreciaba y rechazaba con el epíteto de “mogollas”. La primera de ellas surgió a principios de 1924 cuando, tras un viaje en conjunto a Washington, Antonio R. Barceló (principal líder unionista) y José Tous Soto (con igual rango en el bando republicano), sorprendieron al pueblo con su llamada “tregua de Dios”, centrada en un manifiesto anunciando la alianza entre sus dos partidos. ¿Qué los unía en esa treta aliancista? Vamos a ver esto con cuidado.
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