Su cuerpo en escena reflejaba la angustia y el ahogo de los días inundados, buscaba descanso y alivio de las continuas catástrofes, escribe Catherine Marsh Kennerley
Su cuerpo en escena reflejaba la angustia y el ahogo de los días inundados, buscaba descanso y alivio de las continuas catástrofes, escribe Catherine Marsh Kennerley
En su libro La ciudad que me habita, Magali García Ramis rememora un pequeño acto cultural en el que un grupo variopinto se reunió para conocer más acerca de Eugenio María de Hostos. Ese día pudieron verlo como abolicionista, educador, escritor y exiliado. Escucharon sus palabras y se llevaron “un pedazo de Hostos cosido al recuerdo”. La escritora se pregunta “desde hace cuántos lustros, los puertorriqueños nos hemos estado reuniendo para mantener vivos los vínculos con los nuestros y lo nuestro” que la oficialidad trata de borrar.
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