La resignificación y transformación del sistema correccional es urgente, escribe Luis Zambrana
La resignificación y transformación del sistema correccional es urgente, escribe Luis Zambrana
A fines del siglo XIX, Eugenio María de Hostos, uno de nuestros intelectuales más prolijos e ignorados, desarrolló un concepto de pena anclado en su naturaleza social, benévola, correctiva, reparadora y educacional. Inspirado en la tradición humanista, propuso un sistema penitenciario que tienda hacia la educación integral de la persona privada de libertad. Su idea de fin de la pena, contraria a la de venganza, requiere que esta sea beneficiosa tanto para el individuo como para la sociedad. Por ende, debe propender hacia la concienciación moral del mal causado y a la capacidad inherente de cambio del ser humano. Por eso fue un férreo opositor a la pena de muerte, denominada como monstruosa, ya que imposibilita cualquiera de estos fines. Igualmente se opuso vehementemente a las penas desproporcionadas o humillantes.
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