En la medida en que los consumidores conozcan a cabalidad qué cargo es válido y cuál no, estaremos en posición de exigir y hacer que se respeten nuestros derechos, escribe Edan Rivera
En la medida en que los consumidores conozcan a cabalidad qué cargo es válido y cuál no, estaremos en posición de exigir y hacer que se respeten nuestros derechos, escribe Edan Rivera
Como sociedad, solemos ser agradecidos con quien nos brinda algún servicio. Por eso, dar una propina, generalmente, no incomoda. Una denuncia, queja o malestar al respecto surge más bien cuando se quiere desvirtuar la naturaleza misma de lo que es un premio o reconocimiento al buen servicio. Y es que la imposición, además de estar expresamente prohibida por ser contraria a los derechos básicos que tiene todo consumidor, perjudica a la industria que incurre en dicha ilegalidad.
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