Tal vez más que nunca, hoy es necesaria la redeconstrucción del socialismo a su concepción original como una tercera vía, diferente tanto al capitalismo como al socialismo estatal, escribe Fernando Collazo
Tal vez más que nunca, hoy es necesaria la redeconstrucción del socialismo a su concepción original como una tercera vía, diferente tanto al capitalismo como al socialismo estatal, escribe Fernando Collazo
En medio de las crecientes críticas al capitalismo neoliberal en una economía globalizada, me parece necesaria una revaluación igualmente crítica del concepto del socialismo como sistema económico y social. El término socialismo, aplicado a la economía, fue introducido por primera vez en 1821 por el empresario inglés Robert Owen para describir un sistema de comunidades cooperativas basado en empresas controladas total o parcialmente por sus trabajadores. Las ideas de Owen, conocidas como socialismo oweniano u owenismo, se nutrirían posteriormente, principalmente en Francia, con las aportaciones de reformistas cristianos como Philippe Buchez y pensadores llamados anarquistas como Pierre Proudhon. Por su parte, Karl Marx, que en 1821 era apenas un niño, denominó estas ideas como socialismo utópico, pues aunque compartía su visión de una sociedad post capitalista, consideraba que su realización estaba aún distante en el futuro.
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