El 9 de febrero pasó algo tan insólito en la historia contemporánea de los Estados Unidos, como lo fue que hace siete años, ganara las elecciones presidenciales un mestizo, con cara de negro. En las recientes primarias de New Hampshire, un candidato a la presidencia del Partido Demócrata que habla de revolución y socialismo, le ganó a la candidata del “establishment”, apoyada por millones de dólares.
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La revolución de Bernie Sanders