Las penas de los delitos no tienen por qué ser fijas. Es hora de enmendar la ley penal para devolverle mayor discreción a los jueces a la hora de sentenciar, plantea Leo Aldridge
Las penas de los delitos no tienen por qué ser fijas. Es hora de enmendar la ley penal para devolverle mayor discreción a los jueces a la hora de sentenciar, plantea Leo Aldridge
Shirley Vera Barreto, declarada culpable por un jurado el pasado martes, recibirá una pena fija de 129 años de presidio por el asesinato en primer grado de su esposo y por dos violaciones a la ley de armas. Será sentenciada, sin discreción alguna posible de la jueza, al mismo tiempo que obtuvo Jensen Medina por el asesinato de una joven a quien él no conocía por una discusión sobre un celular.
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