Si de verdad nos importa la educación superior, debemos presionar a la legislatura para que no apruebe dicho PA hasta tanto la JCF aumente las remesas a la UPR en al menos $100 millones anuales, escribe José Caraballo Cueto
Si de verdad nos importa la educación superior, debemos presionar a la legislatura para que no apruebe dicho PA hasta tanto la JCF aumente las remesas a la UPR en al menos $100 millones anuales, escribe José Caraballo Cueto
El 6 de abril de 2017 advertí que la austeridad impuesta hacia la Universidad de Puerto Rico (UPR) la llevaría hacia la destrucción, aun si cerraban todos los recintos pequeños y despedían su personal y estudiantado. En esa época les estudiantes protestaron, pero fueron aplacados por el oficialismo, por la Junta de Control Fiscal (JCF) y su asesor McKinsey, por ciertos profesores que decían que negociando se lograría más, por ciertos medios que confundieron austeridad con eficiencia y por los enemigos tradicionales de la UPR. El estribillo era que las protestas afectaban la acreditación. El presidente de entonces decía que los recortes eran manejables y su gran logro en la presidencia fue “manejarlos” a través de congelar plazas, reducir las aportaciones al retiro y aumentar vertiginosamente el costo a les estudiantes.
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