El PNP, el PPD y el Proyecto Dignidad se han convertido en rehenes de la estrategia discursiva del independentismo, escribe Carlos Díaz Olivo
El PNP, el PPD y el Proyecto Dignidad se han convertido en rehenes de la estrategia discursiva del independentismo, escribe Carlos Díaz Olivo
En la campaña por la presidencia de Bill Clinton, en 1992, su asesor James Carville incorporó a la cultura política una frase que resume un asunto crucial en cualquier elección, justo cuando expresó: “It’s the economy stupid”. Con ese señalamiento, Carville llamó la atención en lo qué concretamente Clinton debía enfocarse para ganar la elección. Así, concienciaba a su equipo que para el ciudadano común la economía significa la disponibilidad de trabajo con paga adecuada, oportunidades de desarrollo profesional u ocupacional, menos impuestos y la posibilidad de contar con mayor poder adquisitivo para comprar más y mejores bienes y servicios. El dominio discursivo de la temática económica inclina la balanza en una elección.
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