La deshonestidad y la corrupción involucran complejos procesos psicológicos y éticos que recaban atención para la prevención de estos fenómenos antisociales, escribe José Osvaldo Reyes
La deshonestidad y la corrupción involucran complejos procesos psicológicos y éticos que recaban atención para la prevención de estos fenómenos antisociales, escribe José Osvaldo Reyes
La deshonestidad y la corrupción, además de sus matices legales, también involucran complejos procesos psicológicos y éticos que recaban atención para la prevención de estos fenómenos antisociales. Por ejemplo, en circunstancias de corrupción pública, siempre surge la pregunta de por qué algunos funcionarios con una sólida formación ética y profesional incurren en conducta delictiva a sabiendas de las consecuencias de tal comportamiento. La psicología, como disciplina, ha intentado contestar esta pregunta abordando la deshonestidad como conducta antisocial y su contraparte, la honestidad, como fortaleza humana.
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