Por décadas, Puerto Rico ha procurado crear un clima atractivo para la inversión privada, pero el PIP pondrá fin a este enfoque, eliminado incentivos e imponiendo contribuciones más elevadas a corporaciones e individuos, escribe Carlos Díaz Olivo
Por décadas, Puerto Rico ha procurado crear un clima atractivo para la inversión privada, pero el PIP pondrá fin a este enfoque, eliminado incentivos e imponiendo contribuciones más elevadas a corporaciones e individuos, escribe Carlos Díaz Olivo
En este proceso electoral, el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) sostiene que no hay que temerle a su triunfo pues no alterará el arreglo económico existente. En su programa Patria Nueva, el PIP anuncia la adopción de un sistema de tributación corporativa que no distinguirá entre empresas “exentas” y “regulares” y que restablecerá “mayor progresividad en la contribución sobre ingresos”.
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