Ahora se escucharán en las cámaras voces que con frecuencia habían sido relegadas a las protestas o defraudadas con promesas incumplidas por quienes se han alternado el poder, escribe Mariano Mier Romeu
Ahora se escucharán en las cámaras voces que con frecuencia habían sido relegadas a las protestas o defraudadas con promesas incumplidas por quienes se han alternado el poder, escribe Mariano Mier Romeu
Fijarse en los recién culminados comicios como el quebrantamiento de medio siglo de dominio bipartidista desatiende otros significados profundos del evento. Más allá de revelar que los partidos dominantes pueden ser lesionados de gravedad, el éxito de los partidos nuevos y minoritarios ha dado foro, peso e influencia en el gobierno a una diversidad de voces puertorriqueñas. En gran medida estas voces se encontraban al margen, alejadas del poder. Los partidos tenían poca cabida para ellas porque las exigencias de la uniformidad partidista sofocan la disidencia, y el juego bipartidista en sí impone reglas que limitan la conversación.
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