

Desde que el mundo es mundo, han habido razas, pueblos y culturas que han buscado justificar por qué son especiales y qué los hace superiores a su prójimo. Algunos decían (y aún dicen) que sus pueblos son los escogidos por un dios. Otros, que ellos han sido dotados de rasgos “excepcionales” y mejores que otros pueblos. Para las personas más agnósticas -aquellas que compartían los prejuicios raciales, pero no las creencias religiosas- el siglo 20 les regaló un nuevo concepto pseudocientífico para justificar sus prejuicios: el concepto de la superioridad racial basado en la genética.
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