El mar ahora llega a su merced y no de forma controlada. Ahora no es una salina, sino un brazo de mar. Parece que este será el escenario a manejar. Aunque podemos intervenir de inmediato, dice Jorge Bauzá-Ortega
El mar ahora llega a su merced y no de forma controlada. Ahora no es una salina, sino un brazo de mar. Parece que este será el escenario a manejar. Aunque podemos intervenir de inmediato, dice Jorge Bauzá-Ortega
El océano conecta y controla todo. Lo que está pasando en el polo norte a 8,000 kilómetros de distancia de Puerto Rico lo estamos sintiendo en las salinas de Cabo Rojo. Un denominador común que comparten la erosión y pérdida de playas en Rincón y Loíza. El ascenso diario en el nivel del mar no lo vemos -solo los sensores- pero lo lamentamos con noticias como lo es la desaparición de una industria cultural, histórica y emblemática. De un ecosistema de alto valor ecológico y recreativo.
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