Señor Gobernador, por favor, no firme la Ley de Legitimación Activa; no facilite la muerte por cien mil tajitos de importantes obras de desarrollo económico. En sus manos queda, escribe Vanessa de Mari-Monserrate
Señor Gobernador, por favor, no firme la Ley de Legitimación Activa; no facilite la muerte por cien mil tajitos de importantes obras de desarrollo económico. En sus manos queda, escribe Vanessa de Mari-Monserrate
Hoy, el Señor Gobernador tiene ante sí una de esas decisiones que será vista como crítica o fundamental en el proceso de seguir fomentando o atajando el estancamiento de nuestro desarrollo económico. Se trata de su decisión de vetar o firmar el Proyecto de la Cámara 474, conocido como la Ley de Legitimación Activa. Como a menudo ocurre, la justificación de la medida, según sus proponentes, persigue un propósito que todos respaldamos: en este caso la protección del medio ambiente natural y el mejor uso y conservación de nuestros recursos naturales. La realidad, sin embargo, es otra.
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