Expertos en inventarse enemigos imaginarios, Proyecto Dignidad no solo ha insistido en criminalizar a la comunidad trans, sino que ahora también pretende convertir el retrete en una amenaza pública, escribe Cezanne Cardona Morales
Expertos en inventarse enemigos imaginarios, Proyecto Dignidad no solo ha insistido en criminalizar a la comunidad trans, sino que ahora también pretende convertir el retrete en una amenaza pública, escribe Cezanne Cardona Morales
El retrete siempre ha sido un aliado fiel de la jurisprudencia y la literatura. No es solo que Luis XIV o Winston Churchill discutieran disposiciones legales desde el inodoro, sino que, tan pronto la representante Lisie Burgos presentó el proyecto legislativo para limitar el acceso de personas trans a baños públicos, pensé en aquella escena de Maldito amor, de Rosario Ferré, en la que aparece una letrina aérea. Diseñada por un arquitecto francés, esa letrina aérea en la que Doña Elvira libera sus intestinos -con vista privilegiada al cañaveral de la Central Ejemplo- es la primera señal del tono paródico de la novela; dicho de otro modo: aquella letrina voladora es el primer instrumento con el que el abogado y narrador, Don Hermenegildo Martínez, comienza a desmitificar el mundo de la clase señorial. Por la forma en que lo cuenta, sospecho que aquel abogado con aires de novelista sabía que, mucho antes que él, Víctor Hugo ya había elevado el debate. El estómago de la civilización -decía Hugo- no depende de la ley, sino de la bondad de las alcantarillas.
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