

La educación es el pilar fundamental de cualquier sociedad que aspire al progreso. Sin embargo, en Puerto Rico, el sistema educativo enfrenta retos estructurales que limitan su capacidad para ofrecer igualdad de oportunidades a todos los estudiantes. La falta de recursos, la politización de las instituciones académicas y la ausencia de una visión estratégica han debilitado la enseñanza pública, afectando especialmente a las poblaciones más vulnerables. Es urgente un liderazgo educativo comprometido con la transformación, la equidad y la inclusión como principios rectores.
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