Es necesario señalar cómo en nuestro país se violan estos derechos de la niñez al hacer caso omiso a las leyes vigentes y cuando el gobierno soslaya la responsabilidad que le atañe en cumplirlas y hacerlas cumplir, escribe Eunice Santana
Es necesario señalar cómo en nuestro país se violan estos derechos de la niñez al hacer caso omiso a las leyes vigentes y cuando el gobierno soslaya la responsabilidad que le atañe en cumplirlas y hacerlas cumplir, escribe Eunice Santana
Al acercarnos al comienzo de clases, la atención del país tiende a concentrarse en el estado de las plantas físicas de los centros de enseñanza por la acostumbrada negligencia de las autoridades gubernamentales que, año tras año, no ejercen su función en asegurar que las mismas estén en condiciones óptimas para recibir a los estudiantes. De la mano de esto se encuentran las fallas en el nombramiento de docentes y la ausencia de materiales esenciales en las aulas, entre otros. Estos asuntos pueden ser visto por algunas personas como contratiempos inevitables porque “siempre sucede lo mismo”, pero en realidad son violaciones crasas a los derechos de los niños y las niñas. Porque ellas y ellos son personas con derechos y estos derechos son inviolables.
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