El gobernador Pedro Pierluisi somete una excelente y meritoria nominación para un cargo que requiere andar con gríngolas, para no distinguir los colores que nos dividen, pero a la vez con poderosa lupa, escribe Orlando Parga
El gobernador Pedro Pierluisi somete una excelente y meritoria nominación para un cargo que requiere andar con gríngolas, para no distinguir los colores que nos dividen, pero a la vez con poderosa lupa, escribe Orlando Parga
La presencia de Manolo Torres Nieves ha sido consistente en posiciones de alta jerarquía pública a lo largo de una época difícil, de interminable controversia, particularmente en el campo legislativo en el que comenzó a destacarse. En la Cámara de Representantes y el Senado de Puerto Rico fue adquiriendo experiencia y desarrollando destrezas que lo transformaron en un recurso indispensable para conciliar diferencias y armonizar desencuentros en el polémico ambiente legislativo. Fue ayudante del senador Kenneth McClintock y secretario del Senado que este presidió en un álgido cuatrienio que hizo historia; y para sorpresa de muchos, revalidó en igual posición durante los dos términos que presidió Thomas Rivera Schatz, lo que lo convierte en el primero en haber sido electo de forma unánime como secretario del Senado, en tres ocasiones.
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