Si estuviéramos atentos a esta compleja realidad, nos percataríamos de que problemas como la criminalidad no hallarán solución en una mera estregia de mano fuerte y despliegue de tecnologías investigativas, escribe Carlos Díaz Olivo
Si estuviéramos atentos a esta compleja realidad, nos percataríamos de que problemas como la criminalidad no hallarán solución en una mera estregia de mano fuerte y despliegue de tecnologías investigativas, escribe Carlos Díaz Olivo
Esta semana dos eventos desvinculados, pero importantes, captaron nuestra atención. Ambos ameritan consideración desde una perspectiva social amplia. El primer suceso involucra a un hombre, quien según las autoridades padece problemas de salud mental. Figuraba como desparecido. Finalmente, una hermana lo ubicó en la residencia de la progenitora de ambos. La Policía informó que allí el individuo ultimó a su madre y luego se retiró a una habitación de la casa, a descansar, como si nada hubiera sucedido.
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