La desigualdad no debe ser óbice para incrementar exponencialmente las posibilidades de unos, mientras que se les niega a otros la oportunidad de disfrutar también de los frutos de la innovación, plantea Ignacio M. González Sampayo
La desigualdad no debe ser óbice para incrementar exponencialmente las posibilidades de unos, mientras que se les niega a otros la oportunidad de disfrutar también de los frutos de la innovación, plantea Ignacio M. González Sampayo
Mientras que en Puerto Rico la mediana de ingreso es de $21,967 según la información provista por el Censo en 2021, como contraste, en el mundo la Aerolínea Virgin Galactic ofrece boletos a un costo de $450,000 para personas que desean tener una experiencia de turismo espacial y puedan costearlo. Vivimos en un mundo donde muchos tienen que hacer malabares para sobrevivir el mes porque no les alcanza, mientras otros tienen la suerte de soñar con hacer turismo espacial y algún día formar parte de la primera colonia en Marte. Vivimos en un mundo lleno de desigualdades. Tal vez, la desigualdad sea parte inexorable de cómo nos hemos organizado hasta el momento. Pero ¿qué implica la desigualdad en un mundo dominado por la tecnología?
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