LUMEAR: Por más increíble que parezca, el verbo existe y no tiene nada que ver con la vejiga hiperactiva ni con la incontinencia mediática, tampoco con el pis de las métricas fluctuantes ni mucho menos con esa sensación terrible de sentirnos “lumeados” cada vez que la lluvia, un pajarito o una iguana desata una avería eléctrica. El verbo tampoco tiene relación alguna con el fetichismo urinario de cierto contenido para adultos ni con el erótico capítulo 68 de Rayuela de Cortázar. Aunque, dudé del verbo cuando escuché aquello que dijo Jenniffer González en una conferencia de prensa respecto a la supuesta participación de altos gerenciales de Luma Energy en una actividad de recaudación de fondos de la candidata: “yo desconozco cuáles son las contrataciones privadas de una persona que organiza un evento como ése o dónde labora; si trabaja en un site porno”. Para despejar las dudas entre la porno-malacrianza de Jennifer y Luma Energy, habrá entonces que diccionariar y ceñirse a la evidencia lingüística, pues, según el Diccionario de americanismos, lumear es “golpear con una luma o con una porra”. Conjugaciones comunes: Yo lumeo, tú lumeas, el gobierno entero lumea.