Lyanne Ortiz Román indica que en el camino del entierro del gobernante había niños, envejecientes, jóvenes, tristes, pero alegres
Lyanne Ortiz Román indica que en el camino del entierro del gobernante había niños, envejecientes, jóvenes, tristes, pero alegres
Cuando quiero revivir un momento, cierro los ojos y lo busco en mi cinta. Del pasado 17 de julio, he repetido varias veces el momento en que miles de personas nos encontrábamos frente al Capitolio levantando nuestro reclamo y cantando unidos “La Borinqueña”. Era un canto tan lleno de dolor e indignación, que casi no salía por un sufrimiento atascado en la garganta. Era un cántico muy parecido al que se hace para despedir a un ser querido.
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