La emergencia exige que se pueda reducir la población de personas privadas de libertad, y de esta manera reducir el alto riesgo de una desgracia, escribe Diego Alcalá
La emergencia exige que se pueda reducir la población de personas privadas de libertad, y de esta manera reducir el alto riesgo de una desgracia, escribe Diego Alcalá
El coronavirus es una amenaza de salud pública y pone en riesgo a nuestra población más vulnerable, particularmente a las personas privadas de libertad. Desafortunadamente, nuestras instituciones comparten muchas cosas en común con la mayoría de las cárceles en el mundo: falta de recursos para atender las necesidades básicas de su población; alta densidad poblacional; facilidades decrépitas; y sobre todo, mucha tensión. Condiciones perfectas para la propagación de un virus.
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