Basta ya de feminicidios que nos expongan al coraje de pensar en la venganza. Un rotundo no a las ejecuciones por parte del Estado en nombre nuestro; mucho menos impuestas por un gobierno metropolitano, escribe Kevin M. Rivera-Medina
Basta ya de feminicidios que nos expongan al coraje de pensar en la venganza. Un rotundo no a las ejecuciones por parte del Estado en nombre nuestro; mucho menos impuestas por un gobierno metropolitano, escribe Kevin M. Rivera-Medina
Cuando ocurren crímenes atroces que indignan, dan coraje, dolor y un sentido de impotencia colectiva, comienzan los sondeos en favor o en contra de la pena capital. La pregunta casi siempre es si un acusado se la merece, si lo amerita la gravedad y circunstancias del crimen, y a veces hasta se juzga a la víctima. La pregunta debería ser si, como parte de un proceso jurídico, en representación tuya y mía -del Pueblo-, el Estado debe asesinar a otra persona. ¿Tú y yo, como sociedad, merecemos matar a otra persona para puntualizar que asesinar está prohibido?
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: