Tengo dos hijas universitarias fuera de Puerto Rico y tengo que compartir lo difícil que se siente el “nido vacío.” Luego que se fue mi hija pequeña a estudiar a Newport, Rhode Island sentí mucha nostalgia porque ella llegaba todos los días y hablábamos de cómo le había ido en la escuela, sus exámenes y distintos temas además de ser mi enfermera personal. Siempre estaba pendiente de mí y de ayudarme en mis cosas personales. Fue triste…pero ya superé esta etapa. El alivio de esta pena fue gracias al regalo que me hicieron. Mi querido Ottelo.
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